Prácticas Culinarias Energéticamente Eficientes

El indicador mide hasta qué punto los miembros del grupo objetivo siguen las formas promovidas de reducir la cantidad de combustible para cocinar (por ejemplo, carbón vegetal, madera, gas, etc.).

Determine el valor del indicador utilizando la siguiente metodología:

1) Enumerar las prácticas culinarias energéticamente eficientes promovidas por su intervención. Puede tratarse de cualquier práctica que reduzca la cantidad de combustible utilizado para cocinar (véanse los ejemplos a continuación).

2) Definir cuántas prácticas debe realizar un encuestado para que se considere que "sigue prácticas eficientes en términos de consumo de combustible". Por ejemplo, utilizar al menos 4 de las 6 prácticas promovidas (el valor de referencia debe probarse previamente para que no sea irrealmente alto o innecesariamente bajo). Otra posibilidad es promover una o más prácticas "esenciales" que tengan un impacto especial, de forma que se considere que una persona "sigue prácticas eficientes en términos de consumo de combustible" sólo si las utiliza. En tal caso, el requisito mínimo puede definirse como el seguimiento de la(s) práctica(s) "esencial(es)" y al menos un cierto número de otras prácticas promovidas.

3) Realizar entrevistas individuales con una muestra representativa de miembros del grupo destinatario utilizando las siguientes preguntas:

PREGUNTAS RECOMENDADAS (P) Y POSIBLES RESPUESTAS (R)

P1: Hay diferentes formas de reducir la cantidad de [especifique el combustible] que se utiliza para cocinar y calentar agua. ¿Utiliza usted alguno de estos métodos?

R1: sí / no

(haga la siguiente pregunta sólo si la respuesta a la anterior pregunta es "sí")

P2: ¿Qué métodos utiliza para reducir la cantidad de combustible  para cocinar? Pregunte al menos dos veces: ¿Hay algo más que haga para consumir menos combustible?

R2: listar las prácticas promovidas + incluir una opción "otros - especificar: ......................"

4) Contar el número de encuestados que siguen al menos el número (o tipo) mínimo de prácticas promovidas (véase el paso 2).

5) Para determinar el valor del indicador, dividir el número de encuestados que siguen al menos el número mínimo de prácticas promovidas por el número total de encuestados. Multiplicar el resultado por 100 para convertirlo en porcentaje.

Desagregue los datos por tipo de prácticas de eficiencia energética utilizadas, sexo (si procede), grupo de edad y cualquier otro factor pertinente para el enfoque y el contexto de la intervención.

1) Asegurarse de que las entrevistas se realizan a las personas que más cocinan en el hogar. A menudo no basta con decir que se trata de "mujeres", ya que "mujeres" puede incluir a diferentes personas: mujeres más jóvenes, suegras, etc. Para asegurarse de que se entrevista a las personas adecuadas, se recomienda incluir una pregunta de verificación pregunta "¿Quién cocina más en este hogar?" . Si no es la persona encuestada y la persona que más cocina no está disponible para respuesta las preguntas, no pregunte P1 y P2.

2) Algunos ejemplos de prácticas culinarias que ahorran combustible son: remojar previamente los alimentos duros (por ejemplo, las alubias); utilizar una tapa; utilizar una olla a presión; utilizar una cocina de bajo consumo de combustible; proteger o encerrar el fuego y controlar el suministro de aire; utilizar leña seca; cortar los alimentos en trozos más pequeños antes de hervirlos; moler o machacar los cereales duros y las alubias; utilizar ablandadores aceptados localmente; y cocinar mayores volúmenes de alimentos o líquidos, o compartir la cocina con otras personas (las ollas grandes ayudan). Para más información sobre estas y otras prácticas culinarias, véase la publicación del ACNUR que figura a continuación.

3) Asegurarse de que los entrevistadores puedan sondear de forma neutral para reducir el riesgo de que se produzca una situación en la que los encuestados sigan ciertas prácticas de ahorro de combustible pero olviden mencionarlas.

4) Otras formas de recopilar los datos necesarios son:

   - Realizar entrevistas en las que se pregunte a los encuestados sobre cada una de las prácticas promovidas y si las siguen o no. El riesgo de este enfoque es que, aunque algunas personas no sigan una práctica determinada, podrían decir que sí la siguen porque es lo que se espera de ellas. Por eso no se recomienda este enfoque. 

   - Otra opción es realizar observaciones en el momento en que la gente está preparando sus comidas. Aunque es probable que esto sea más preciso, lleva mucho más tiempo que las entrevistas. 

   - Alternativamente, si lo que le interesa principalmente es la duración y la intensidad de la cocción, puede considerar la posibilidad de utilizar sensores de monitorización del uso de la cocina (SUMS). Estos dispositivos de bajo coste pueden recopilar datos de uso durante más tiempo mediante el control de la temperatura de la cocina y del tiempo. Esto proporciona información muy útil sobre el patrón de uso y en qué condiciones se utiliza la cocina. Se trata de datos diferentes de los que exige el indicador, pero en algunos casos pueden ser más útiles (o al menos complementarios).